La fisioterapia virtual, también conocida como atención virtual o tele-rehabilitación, es cuando los servicios de fisioterapia se brindan a distancia utilizando tecnología de telecomunicaciones o videoconferencia.
Desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, se ha alentado a los proveedores de atención médica, incluidos los fisioterapeutas, a ofrecer atención virtual siempre que sea posible para ayudar a minimizar la exposición al virus.
Te recomendamos nuestro artículo sobre los requisitos que debe tener alguien que desea ser fisioterapeuta.
Casos en los que se recomienda la atención virtual:
Tienes un mayor riesgo de complicaciones si contrae COVID-19.
No te siente bien (por ejemplo, tiene síntomas de resfriado) pero aún te gustaría completar una sesión de fisioterapia.
Vives en una comunidad remota donde el acceso a los servicios puede ser limitado.
Otras circunstancias afectan tu capacidad para asistir a una cita en persona.
Incluso más allá de la pandemia, la atención virtual tiene beneficios y algunos pacientes pueden optar por continuar con la atención virtual o la telepráctica. Muchos pacientes están entusiasmados con los beneficios de la atención virtual (por ejemplo, no hay tiempo de viaje o hay un acceso mejorado para comunidades remotas), pero es posible que no sepan por dónde empezar o que tengan preguntas sobre cosas como la tecnología o la privacidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la fisioterapia como “el arte y la ciencia por medio del ejercicio terapéutico, calor, frio, luz, agua, masaje y electricidad que tiene como fin prevenir, readaptar y rehabilitar al paciente susceptible del tratamiento físico.”.
Aquí hay algunos consejos para ayudarlo a prepararse para una cita de fisioterapia virtual:
Revisa cuidadosamente las instrucciones proporcionadas por su PT antes de su cita.
Es posible que debas descargar una aplicación o software.
Puede haber algún papeleo que se te pida completar antes de tu cita.
Asegúrate de tener todo el equipo que necesitas, incluida una computadora portátil, una tableta o un teléfono inteligente, una buena conexión a Internet y auriculares.
Prueba el audio y cámara antes de cada sesión, asegurándote de que todo funcione.
Encuentra un espacio tranquilo con pocas distracciones y buena iluminación.
Es posible que debas esperar en la línea para que el terapeuta se una a la cita; esto es normal.
Prepara los detalles sobre tu historial de salud y cualquier pregunta que pueda tener para su terapeuta.
La comunicación abierta es importante, ya que ayudará al fisioterapeuta a comprender tus necesidades y objetivos.
Considera la posibilidad de que una pareja, un cuidador o un familiar o amigo de confianza se una a la cita. Pueden ayudar con la tecnología, plantear inquietudes que podrían pasarse por alto o incluso tomar notas por ti.
Si tienes inquietudes o preguntas durante o después de la consulta, no dudes en preguntar. Es importante que aproveches al máximo esta cita virtual.
El mundo va evolucionando y nuevas prácticas están entrando a nuestra vida cotidiana, pero está en cada quién aceptarlas o no, para quienes prefieran una atención clásica, siempre estará la opción presencial, ¿cuál prefieres tú?